la luz no deja de ser luz porque el sol se esconda.

la luz no deja de ser luz porque el sol se esconda.
fortín de San Miguel, al atardecer. abril 2010.

viernes, 13 de noviembre de 2009

21/06/09

Cosas muy extrañas nos pueden suceder, no sé porqué nos pasan, no sé si obedezcan a una ley secreta o simplemente sea cuestión de la mal llamada casualidad. Dicen que un pajarraco de porquería te pede augurar suerte si te caga, la verdad no creo que traiga nada de suerte, es probable que esto se haya inventado para que no nos enojemos tanto en el momento justo cuando un bicho de mierda esté sobre nuestra cabeza. Buena suerte la que he tenido, que ironía, estoy caliente con los putos pájaros, con la vida y con la muerte que no quiere llevarme de una vez y para siempre; y no volver, sí, creo que sería lo mejor.

el espejo



19/06/09
En mi casa, en la tarde.

EL ESPEJO
Ese chico que gustaba de jugar en los árboles, ese a quien le agradaba tanto pasar horas sentado, en un rincón, aislado de su casa y del mundo que lo rodeaba; ese quien se acostaba en el pasto y miraba el pacífico transitar de nubes, ese, ese niño; se ha ido; y ya no volverá; y en su lugar a quedado un vacío. En el lugar de un niño hoy hay un hombre viejo, dolido, con manos inútiles y con la mirada perdida quien sabe en que rincón del tiempo.
Hoy lo veo, y lo ven los demás. Hoy ha quedado solo y desgastado; con pasos débiles e inciertos camina entre las piedras del enorme agujero que acabará por devorarlo. El viejo se mueve sin rumbo fijo, sin un apoyo, sin nada ni nadie que lo guíe, pero el final es el mismo, con guía o sin guía todos caen al abismo.
Ayer quiso rendirse pensando que moriría, pero las cosas no son tan simples ni tan fáciles, entonces su castigo fue vivir, casi sin fuerzas, sin otro anhelo que el olvido. Parece que nadie informa a la gente, parece que hay quienes no quieren darse cuenta de la triste realidad; el olvido no existe, y el recuerdo es un constante dolor que cava profundamente en nuestro ser, dejando huellas imborrables, dejándonos destruidamente vivos…
¿Qué podría esperar aquel hombre del futuro o de su presente? Ahora está inmóvil bajo tierra, sus huesos ya no tienen función alguna, y su carne, se irá pudriendo lentamente, y luego rápido, y ya no quedará nada. Está allí, debajo de nuestros pies, lo visible que ha quedado del viejo está allí,
Incierto destino es el que espera por cada uno de nosotros, pero todos, todos al abismo. Si volviese ahora a algunas décadas atrás, si viera al hombre que ha muerto, si lo viera sé que él estaría solo y sé que habría muchos que también estarían solos. Sí, los hubo, hubo quienes estuvieron solos, sí, los hay, todos, todos estamos solos.
Rara casualidad, ayer había un hombre a un costado del camino, yo estaba frente a él, en el otro costado del camino, no sé como logré hacerme a un lado, no sé si sea una ilusión, pero ahora veo a un hombre joven frente a mí y creí que no tendría arrugas. Apenas han pasado unos instantes y el camino parece más angosto y ya estoy más cerca de aquel hombre, estoy tan cerca que me parece que somos uno; ahora logro verlo y veo su rostro dañado y sus ojos llorosos, ahora lo comprendo…
No tenemos una posición privilegiada, no sé que hacía ayer un hombre al lado del camino, no sé que hacía yo en frente de él, pero sé que tuve lástima por aquel otro viejo que murió, y hoy tengo pena de mí porque creo que recién he comprendido. El viejo que murió no murió, él, comenzó a vivir.
Me quedan, de todas maneras, unas dos o tres dudas:
¿Qué hacía yo a un lado del camino, qué hacía aquel hombre? Y… ¿Yo estoy vivo?